miércoles, 29 de abril de 2015

Ahijados

"No hay que perder nuestro espíritu de niño"


Como todos los años, la promoción de V y BI 1 realizan una actividad que se basa en ser padrinos o madrinas de nuestros hermanitos recoletanos de 1ero de primaria. Donde te asignan a un pequeñito (a veces 2) el cuál será tu ahijado y con el cual tendrás que realizar actividades, jugar, darte un tiempo para visitarlo, y sobre todo darle todo tu amor, dedicación y atención.

Esta actividad la vinimos preparando desde hace 2 semanas. En la primera realizamos una actividad en la cuál recordábamos nuestra infancia, nuestros juguetes preferidos, nuestras travesuras, etc.  Y en grupo hablámos a cerca de nuestros recuerdos de infancia y en una cartulina escribimos una frase que teníamos que tener presente en esta linda actividad de Padrinos-Ahijados, en mi grupo pusimos la frase fue "No hay que perder nuestro espítitu de niño". En la segunda semana recibimos una pequeña charla de la coordinadora de 1ero de primaria, la miss Mónica y ese mismo día realizamos una actividad en clase de PFRRHH, en la cual teníamos que programar las actividades que realizaríamos el día del encuentro. En mi grupo, propusimos el juego de Play Doh y una obra teatral, sin embargo esta última no la pudimos realizar. Y finalmente realizamos una carta a nuestros ahijados con un mensaje de espera y de cariño.

Antonella y Yo 
Al final ese día llegó; entramos al salón y fuimos llamados para ser presentados a nuestros ahijados; ahí fue donde conocí a Antonella, una pequeña, media callada y tímida pero que poco a poco entró en confianza. Salimos al patio, conversamos un poco y comenzamos a jugar a la plastilina, juntas moldeamos a un perrito morado y después guardamos todo porque era hora de entrar a los salones. 

Cuando entramos a los salones realizamos un actividad entre todos los de 1ero C y BI 1 C, que consistía en pasar la pelota de y cuando paraba la música ese pareja de padrino y ahijado tendría que salir al frente a responder una pregunta y en caso la contestara mal, tendrían que bailar. Todos se divertían, los profesores nos ayudaban, y sobre todo los niños estaban felices, lo cual era nuestro objetivo. Al final cambiamos de juegos a charadas, hombres vs mujeres; todos participaban, fueron actividades que lograron que nuestros ahijados se diviertan con nosotros y que sepan que no somos mayores aburridos si  no que seguimos teniendo nuestro niño interior.

Aún recuerdo cuando estaba en 1ero y tuve un padrino, no fue una muy buena experiencia que digamos, es que no se preocupaba mucho por mí, creo eso; es por ello que desde ese entonces siempre desee que llegara el momento en que a mí me tocara ser madrina para poder darle todo mi cariño y atención a mi ahijada. Ahora no puedo creer que ese momento haya llegado. Tanto al inicio como al final me sentí muy emocionada, o mejor dicho me siento; porque yo desde pequeña anhelé tener un hermano o hermana menor, con el cual jugar y cuidar; y ahora sé que es el momento indicado. Al conocer a Antonella y jugar con ella recordé que yo también era así de pequeña, me gustaba jugar a las muñecas, me sorprendía con cada cosa nueva que aprendía y siempre preguntaba por algo que no sabía y es que así es un niño, y ese niño que llevamos dentro, nunca debemos de perderlo, ese niño es el que colorea todos nuestros días. 


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